El hombre lagarto del pantano de Scape Ore, o más conocido como el hombre lagarto del condado de Lee, es una entidad que se dice que habita en los pantanos del condado de Lee, Carolina del Sur, Estados Unidos.
Mencionado por primera vez a fines de la década de 1980, los supuestos avistamientos y daños atribuidos a la criatura atrajeron una gran atención de toda la nación.
El 14 de julio de 1988, la oficina del sheriff del condado de Lee investigó un informe sobre un automóvil dañado durante la noche mientras estaba estacionado en una casa en el área de Browntown, en las afueras de Bishopville, Carolina del Sur, en los límites del pantano Scape Ore. Al parecer, el automóvil tenía marcas de dientes y rasguños con pelos y huellas de barro. El sheriff Liston Truesdale señaló que este fue el comienzo de varias afirmaciones que finalmente se fusionaron en una historia sobre un hombre lagarto.
El 29 de junio de 1988, un hombre llamado Cristopher Davis iba conduciendo de regreso a casa cuando se detuvo a un costado de la carretera para cambiar un neumático reventado. Cuando terminó, escuchó un golpe detrás de él y se giró para ver algo que lo aterrorizó. "Miré hacia atrás y vi algo que corría por el campo hacia mí. Estaba a unos 25 metros de distancia y vi ojos rojos que brillaban". Ante la noticia de los daños en el vehículo, informó al sheriff que su coche había sido dañado por una criatura que describió como “verde, húmeda, de unos 2 metros de alto y tenía tres dedos, ojos rojos, piel como lagarto, y escamas como de serpiente” dos semanas antes.
Así es como Davis describió el encuentro después de que la historia ganara atención nacional: “Corrí hacia el auto y, cuando lo cerré, la cosa agarró la manija de la puerta. Pude verlo de cuello para abajo: los tres dedos grandes, las uñas largas y negras y la piel áspera y verde. Era fuerte y estaba enojado. Miré por el espejo y vi una mancha verde corriendo. Pude ver sus dedos de los pies y luego saltó al techo de mi auto. Creí oír un gruñido y luego pude ver sus dedos a través del parabrisas delantero, donde se enroscaron en el techo. Aceleré y me desvié para sacudirme a la criatura”. Davis aplicó los frenos, provocando que la criatura se cayera del coche, lo que finalmente le dio tiempo suficiente para escapar.
La gente empezó a llamar a la extraña criatura “el hombre lagarto”. El aumento de la publicidad del “hombre lagarto” en los periódicos y los medios de comunicación provocó más informes de avistamientos, y la zona pronto se convirtió en una atracción turística para visitantes y cazadores. La estación de radio local WCOS ofreció una recompensa de un millón de dólares a quien pudiera capturar a la criatura con vida.
El 5 de agosto, Kenneth Orr, un aviador destinado en la base aérea Shaw, presentó un informe policial en el que afirmaba que se había topado con el Hombre Lagarto en la autopista 15 y que le había disparado y herido. Presentó varias escamas y una pequeña cantidad de sangre como prueba. Sin embargo, Orr se retractó de este relato dos días después, cuando fue procesado por portar ilegalmente una pistola y por el delito menor de presentar un informe policial falso. Según Orr, había fingido el avistamiento para que siguieran circulando historias sobre el Hombre Lagarto.
Los informes sobre la criatura disminuyeron gradualmente a finales del verano. Las autoridades locales especularon que era probable que los avistamientos hubieran sido causados por un oso.
En 2008, la leyenda del Hombre Lagarto se mencionó en una noticia sobre una pareja de Bishopville, Carolina del Sur, que informó de daños en su vehículo, incluidos rastros de sangre. Los informes de la investigación concluyeron que los rastros de sangre eran de un perro doméstico, aunque el sheriff local sugirió que podría haber sido un coyote o un lobo. Lamentablemente, el personaje más popular de la leyenda del “Hombre Lagarto”, Christopher Davis, ya no está entre nosotros para contarnos la historia. Fue asesinado en su casa en 2009.
En su influyente libro criptozoológico de 2013, Lizard Man: The True Story of the Bishopville Monster, el autor Lyle Blackburn menciona que algunos otros testigos del Hombre Lagarto han muerto por causas no naturales, estableciendo lo que él llama "un patrón peculiar de muerte que rodea a cualquiera que haya visto al Hombre Lagarto". Sea como sea, nunca más se oyó de la criatura.



