Hisorias cortas de fantasmas I

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- La Bata Roja (Red Robe)

Una chica japonesa viajó a Taiwan en vacaciones. Ella decidió quedarse en un hotel barato para ahorrar dinero.Cuando llegó a su habitación y comenzó a desempacar, se dio cuenta de que la recepcionista del hotel le había dado la habitación 1 en la 4 ª planta. Un escalofrío le recorrió la espalda. Técnicamente, eso era 14.


Al desembalar sus cosas, oyó que alguien tocaba la puerta de su habitación. Abrió la puerta, pero no había nadie allí. Asomó la cabeza pero no vio nada en el pasillo. La chica pensó que era sólo su imaginación, así que cerró la puerta y volvió a desempacar.
De repente, hubo otro golpe en la puerta. Esta vez, cuando ella abrió la puerta, había una mujer de pie fuera con una bata roja. La extraña mujer estaba llorando y temblando. Ella le dijo a la chica que había bloqueado accidentalmente su puerta y no podía entrar a su habitación. La extraña mujer también dijo que estaba teniendo problemas con su marido y ella estaba muy deprimida. 
La muchacha sintió lástima por la mujer, por lo que se ofreció a ir a la recepción y conseguir una llave de recambio para ella de la recepcionista del hotel. Sin embargo, cuando la chica tomó el ascensor hasta el vestíbulo, que estaba vacía. No encontró a nadie en la recepción.
Tocó el timbre en la mesa y esperó. Después de unos minutos, la recepcionista apareció y la chica le pidió una llave de recambio para la habitación de la mujer de la túnica roja.
Recepcionista: "La mujer con bata roja ... ¿Qué mujer con una bata roja?"
Chica: "Oh, esa extraña mujer, ella vino a mi habitación porque ella se cerró la puerta de su habitación."
Recepcionista: "¿De qué estás hablando. Sólo tenemos un huésped que se aloja en la 6 ª planta hoy y es usted"
Chica: "Eso no puede ser verdad! ¿Puede comprobarlo? "
Recepcionista: "Oh, lo sé ... Usted puede que no lo crea, pero es la verdad. Fue una tragedia horrible. Hace unos años, una mujer se quedo aquí. Ella estaba en la habitación 1 en la 4 ª planta. La misma sala en la que usted se hospeda en la actualidad. Ella y su esposo se separaron y ella quería suicidarse. Pero, en su locura, ella decidió que quería que todos en el hotel murieran con ella. Así que se puso una bata blanca y llevaba una escopeta, fue de habitación a habitación disparando a todos. Había sangre por todas partes. Fue horrible. Ella era una loca y había tanta sangre que la bata blanca estaba manchada de color rojo. Desde ese día, los huéspedes que se alojan en el 4to piso dicen que la ven de vez en cuando ".
La chica se quedó sin habla.
La recepcionista sonrió mientras salía de detrás del mostrador y señaló una mancha roja en su propio estómago.

Recepcionista: "Mira... Aquí es donde me disparó! "
La bata roja, o la túnica roja es una leyenda de fantasmas muy popular en Taiwán.

- Lo siento (Sorry)

Era una mañana de noviembre de 1989. El frío viento suavemente rozó mi cara cuando me desperté. Me senté y me giré el cuello de lado a lado en un intento de acabar con él. Juré que escuché la voz de mi madre, pero yo no podía oír lo que decía. Pero seguro que me despertó. Hice mi camino fuera de mi habitación, en dirección a la cocina, donde supuse que estaría, como el comienzo de cada día.
En la cocina, mi madre estaba lavando los platos, nada fuera de lo normal, pero las cosas eran extrañas, no podría describirlo ...era como algo que no se veía bien. La cocina estaba extraña, los gabinetes estaban pálidos, el cliché del piso de vinilo parecía gris y anodino ...y el delantal rojo de mi madre que siempre llevaba parecía un rosa mate. Sacudí la cabeza y me froté los ojos. "Debería haber tenido más horas de sueño la noche anterior," me burlé en voz baja. Mi madre se dio la vuelta, con una sonrisa en su rostro. Lo más probable es que reconociera mi presencia.
Después de observar el contenido del desayuno decidí que no tenía hambre, así que me fui a mi habitación para vestirme. Me sentía pesado y soñoliento. "Qué pasó anoche ...?" Me pregunté a mí mismo. Ahora me preocupa, me parece que no puedo recordar nada antes de despertar. Me esfuerzo por recuperar la memoria, pero abandono el intento y abro mi armario para encontrar ropa. Suéter gris y pantalones de mezclilla. "Impresionante", dije para mis adentros con ese sarcasmo que mi madre siempre ha odiado. "Me voy a la escuela mamá!" Le grité. No hay respuesta. Eso es raro, mi madre no me dio su conferencia habitual de que evitase los problemas. Me dirigí a la puerta principal.
Como estoy caminando por la calle, veo a mi amigo. "Hey, ¿cómo estás?" Mi amigo me ignora. "Hey, ¿qué pasa?" Él me sigue ignorando. Yo le toqué en el hombro, pero él dió un manotazo como si algo lo estuviera molestando. "¿Cuál es tu problema?" Grité, frustrado por los acontecimientos de hoy. Él sigue caminando, y yo me quedo de pie en la acera, preguntándome qué demonios está pasando ... Decido volver a casa. Es muy difícil de controlar, y estoy demasiado cansado para molestarme en pensar una explicación lógica, probablemente está molesto por algo, aunque no sé por qué.
Al entrar en mi casa, oigo la risa. Es mi madre. Yo la encuentro en la cocina, en el mismo lugar que la había visto en el desayuno... me acerqué a ella y lo que vi cambió el color de mi cara. El lavabo está lleno de sangre, mi madre está sosteniendo un cuchillo en la mano. Ella comienza a murmurar."Lo siento ... se veía tan dulce, durmiendo en su cama." Casi no puedo hablar, la sangre cubre sus brazos y gotea en el fregadero. "¿Estás bien? ¿Qué has hecho?" No me tomó mucho tiempo para darme cuenta que la sangre en el lavabo no es de ella.
Corro por mi habitación, "todavía tengo que estar durmiendo ... Por supuesto, no hay ninguna explicación" Entro en mi habitación, y me veo a mí mismo en la cama, durmiendo. Mi cuerpo no reacciona.

-El autobús fantasma

Esta leyenda se cuenta que ocurre en la carretera que conduce de la ciudad de Toluca a la ciudad de Ixtapan de la Sal, en México. Para ir entre estas dos ciudades, antes era obligado transitar por una carretera bastante sinuosa y peligrosa, que bordea un precipicio sumamente profundo. Actualmente existe una autopista.

La historia cuenta que un autobús partió de Ixtapan de la Sal con rumbo de Toluca. El viaje era de lo más normal y era por la noche: muchos de los pasajeros habían hecho ese viaje muchas veces. El autobús inició el viaje lleno, subió por la cuesta sin problemas, inició a llover, también como tantas veces en esa parte del camino, entonces alcanzó el punto más alto y desde luego inició el descenso e iniciaron las curvas de Calderón, un tramo de carretera, en el cual las curvas son sumamente cerradas y peligrosas y que además se caracterizan porque sin importar si se va a Toluca o se viene de ella, esa parte es de bajada y donde hay un puente en el cual sólo cabe un auto (aún existe y se usa), y está además al salir de una curva muy cerrada.

En ese puente habían ya pasado accidentes muy fuertes y muchos de ellos mortales. El autobús en cuestión inició su descenso, con lluvia y pavimento mojado. De repente los pasajeros se percataron de que el autobús estaba ganando velocidad y se asustan, reclamando al conductor quien no dice nada en absoluto,... hasta que llegó a decir "están fallando los frenos".

El autobús se precipitó al vacío: muchos murieron; el autobús se incendió y en poco tiempo fue consumido por las llamas. Nadie escuchó los gritos de los pocos pasajeros que pidieron ayuda.

Sólo fue noticia por poco tiempo, pero a partir de esa fecha y por las noches, se dice que si te encuentras en la carretera de Ixtapan de la Sal, con rumbo a Toluca por la noche, y le haces la parada a un autobús, es posible que sea este autobús número 40 el que se pare y te abra la puerta. Al abordarlo notarás que es un autobús antiguo, pero en buenas condiciones, y como algunas líneas de autobuses usan autobuses no tan nuevos, no te importará mucho, pero entonces te percatarás de que aun cuando va lleno, con personas de pié, hay siempre un lugar vacío, o dos o tres, siempre de acuerdo con el número de personas que le hacen la parada y lo abordan. Nadie se sienta de modo que te sientas aun cuando te parece raro, y sientes un vacío en el estómago.

Te percatarás de que a pesar de la hora nadie va dormido, mujeres hombres y niños van despiertos, pero nadie habla, ni siquiera los niños, es un silencio pesado, además todos van bien arreglados ¿Por qué? Nadie sabe, entonces el cobrador (auxiliar del chófer que revisa los boletos o te cobra el pasaje) inicia pocos minutos a revisarlos, preparas el costo de tu pasaje pero, jamás pasa a tu lugar para solicitar el costo, eso es aun más raro, pero piensas que al bajar en la Terminal pagarás. Llegas a Toluca sin contratiempos, pero pasada la media noche, entonces el chófer detiene la unidad antes de llegar a la Terminal y te dice que debes bajar en ese momento, aunque no entiendes la razón obedeces.

Entonces al llegar a la altura del chófer, el único que habla y, al intentar pagar tu pasaje, te dice que no es nada y añade "Baja ahora y no voltees hacia atrás antes de que cierre la puerta o jamás dejaras el autobús". Quienes obedecen, bajan y no voltean, si no hasta que se escucha el sonido de la puerta al cerrar y se escucha el motor del autobús arrancar, sólo para darse cuenta de que no hay autobús, este mismo ha desaparecido. Los desobedientes al bajar voltean y lo que ven es un autobús hecho pedazos, dentro esqueletos descarnados y el chófer mirándote sin decir nada. El autobús desaparece y la persona en cuestión muere unos días después.


Se dice que a partir de ese momento su fantasma sube al autobús y viajará eternamente en él por causa de su desobediencia. Si por casualidad algún día viajas a Ixtapan de la Sal y de regreso tu auto no funciona, es mejor buscar la forma de regresar a Ixtapan, pero si te arriesgas y por la noche haces la parada a un autobús, quizá sea el número 40. Si es así sólo obedece las instrucciones de ese modo podrás contarlo, de lo contrario serás condenado a viajar por esa ruta en ese autobús por la eternidad.

Como se ha visto, es una leyenda popular de México, existen variaciones en otros países.

-La chica del asiento de atrás




Julián acababa de terminar su turno de noche, únicamente debía dejar el autobús en la cochera antes de regresar a casa, un trayecto de unos 25 minutos (saliendo de la ciudad) que siempre se le hacían eternos.
Mientras transportaba pasajeros su trabajo era entretenido, siempre podía escuchar las conversaciones de los demás o entretenerse mirando la minifalda de alguna jovencita por el espejo retrovisor; pero, con el autobús completamente vacío, los minutos se volvían horas.
Además estaba especialmente cansado, ya que la noche anterior apenas había dormido cuatro horas. Mientras conducía, el sueño le iba venciendo y sin querer pegaba algún pequeño cabezazo.
Se durmió apenas unas décimas de segundo, tiempo suficiente para perder el control del autobús y pegarse el susto de su vida al encontrarse en mitad de la calzada a una chica que asustada trataba de esquivar el pesado vehículo. Todo fue en vano: la velocidad a la que iba el vehículo, unida al estado de aletargamiento del conductor, provocaron que, incluso pisando el freno hasta su tope, el autobús arrollara a la joven. El sonido de las ruedas destrozando los huesos de su delicado cuerpo mientras el trasporte saltaba como si acabara de pasar un obstáculo, estremeció a Julián y lo dejó helado.
Estaba bloqueado, sin duda había sido su culpa, la chica estaba muerta, de eso no había duda. Mirando por el espejo una vez detenido el autobús, se podía ver como el cuerpo boca abajo estaba destrozado. No había nadie cerca que hubiese visto el accidente y miles de ideas se agolparon en su cabeza. Se imaginó en la cárcel y sin nadie que pudiera llevar el pan a la mesa de sus dos hijos. En el mejor de los casos perdería sutrabajo ya que había excedido las horas legales en que podía conducir un trasporte. Seguro que su jefe, cuando se iniciara una investigación, le echaría a la calle antes de buscarse problemas él mismo.
Asustado y aún confuso pegó un acelerón comprobando que no hubiera nadie cerca que pudiera identificarle, escapó de allí sin tan siquiera bajarse del autobús y en su huída no respetaba señales de tráfico ni los límites de velocidad. Una fuerte culpa le oprimía el pecho y como por instinto miró por el espejo interior del vehículo, no había nadie en los asientos pero sentía como dos ojos le punzaban en la nuca, como si alguien le mirara fijamente.
Entonces la vio…
En el último asiento había una chica sentada que no dejaba de mirarle, giró su cuerpo para revisar la parte de atrás sin usar el espejo, pero no había nadie. Temblando y con el cuerpo casi agarrotado por el miedo, regresó su mirada a la carretera, pero casi involuntariamente volvió a mirar por el espejo. La chica se levantó y comenzó a avanzar hacia él, de nuevo se giró y no pudo ver a nadie. Un nuevo escalofrío le recorrió la espalda, estaba tan asustado que quería bajarse del autobús y salir corriendo pero incluso para eso era demasiado cobarde.
Julián se giraba una y otra vez a mirar la parte trasera del autobús, no había nadie, pero él sabía que estaba ahí, podía sentir su mirada clavándose en él. No se atrevía a mirar ese espejo que parecía tener algún extraño vínculo con el mundo de los muertos. Pero como la polilla que se acerca demasiado a la llama y acaba quemándose por no poder controlar sus instintos, Julián miró una vez más por el espejo.
La chica no se había movido desde la última vez, estaba en el mismo lugar, como congelada, pero al regresar la mirada de Julián al espejo fue como si se reactivara, avanzó inexorablemente hasta el asiento del piloto ―mientras Julián, paralizado, no podía apartar la mirada de la joven que se le acercaba―, extendió su mano y agarró el hombro del conductor.
Julián sintió como el frío más intenso  que jamás pudo imaginar le quemaba el hombro, justo una fracción de segundo después una fuerte luz le alertó de que debía mirar de nuevo hacia la carretera: allí, un camión que circulaba por su carril le avisaba con sus luces de que estaban a punto de colisionar. Julián giró bruscamente el volante y el autobús perdió el control precipitándose por una ladera, el viaje terminó tan bruscamente como comenzó al impactar de frente contra un enorme árbol que igualmente se doblegó ante varias toneladas de acero.
Julián despertó un día después en el hospital, la mirada incriminatoria de una enfermera le alertó de que algo iba mal, deseaba que todo fuera tan sólo un sueño, o mejor dicho una pesadilla. Pero una pareja de policías que habían estado esperando en la puerta de su habitación apareció tras que la enfermera les comunicó que él había recobrado la consciencia.
Buenas tardes, señor, estamos aquí porque existen indicios de que el autobús que usted conducía atropelló a una joven la noche del viernes, se han encontrado restos de sangre que coinciden con los de la víctima y un fuerte impacto en su carrocería.
¿Reconoce usted a la chica de esta foto?

Julián palideció al instante al reconocer al fantasma que vio en el espejo e inmediatamente sintió de nuevo un frío desgarrador en el hombro: la chica aún seguía con él, esperando que cometiera el error de mirar de nuevo a un espejo. La quemadura con la marca de sus dedos en su hombro estaría ahí siempre para recordárselo.
Se trata de una leyenda muy popular.

-Bloody Mary

La leyenda todos la conocemos. Al menos la parte en la que te pones frente al espejo y dices tres veces su nombre. Entonces una chica o mujer se aparece y te desfigura o te mata . Pero la leyenda dice más de lo que sabemos,se dice que hace muchos años Mary enfermo y murió. Su familia la enterró. En los años en los que vivía Mary se enterraban a los cuerpos con una especie de cuerda que estaba atada en la superficie a una campanilla, ya que se conocía lo que era la catalepsia. Resulta que Mary se despertó y tocó la campana, pero nadie la escuchó . A la mañana siguiente los familiares vieron que la campana estaba en el suelo. Al desenterrarla encontraron a Mary sin uñas ya que estas estaban rotas y ensangrentadas en la parte superior del ataúd. Mary echó una maldición antes de morir y ahora todos los que frente de un espejo la llamen nombrando su nombre tres veces, morirán. Pero antes de eso escucharás la campana que nadie escuchó cuando Mary murió.

Existen varias variaciones de la leyenda, a veces Mary pasa a llamarse Verónica, Hell Mary, Caroline, etc.
En 1976 Mary and Herbert Knapp en su antología llamada el folclore de los niños americanos , cuenta que un niño llamó a Mary Worth cuarenta y siete veces frente al espejo y esta apareció con un cuchillo y una verruga en la nariz. En 1988 Simon J. Bronner incluye en su libro un apartado titulado "Los rituales de Mary Worth" donde nos cuenta que Bloody Mary fue asesinada en el bosque detrás de la escuela elemental Pine Road y que para llamarla las niñas tenían que ir al cuarto de baño y pincharse los dedos con un alfiler para extraer dos gotas de sangre ,y después decir: “Creemos en Bloody Mary” diez veces con los ojos cerrados. Al abrir ojos y mirar en el espejo verían a una niña de pelo largo , piel clara y un corte en la frente de donde brotaba sangre.

Como veis la leyenda nació sobre 1976, aunque se confunde con la historia de María I de Inglaterra llamada María la sanguinaria. Llamada así por sus actos contra los protestantes. Su historia se ha mezclado con la historia de Ersebeth Bathory (conocida como "la sangrienta"), una mujer conocida por asesinar chicas jóvenes cuya sangre se bebía (también se dice que se bañaba en ella) para intentar conservar la "juventud", dando así una confusión enorme. No tiene nada que ver, claro.

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