Según la información publicada, un escritor con base en Milán, Ezio Gavazzeni, ha presentado una denuncia basada en material que reunió de la cobertura de la prensa italiana de los años 1990 y del documental Sarajevo Safari de 2022. Documental que no era especialmente popular, pero que ha revivido por los medios de prensa durante las últimas semanas.
El artículo dice que en la película un exsoldado bosnio serbio y un contratista afirman que grupos de occidentales adinerados pagaron a unidades del ejército serbio de Bosnia grandes sumas de dinero para ser transportados a las colinas alrededor de Sarajevo para que pudieran disparar contra civiles "por diversión". Los medios ya se han encargado de llamarlo "safari humano".
Gavazzeni dijo que había leído por primera vez informes sobre los supuestos turistas francotiradores en la prensa italiana en la década de 1990, pero no fue hasta que vio Sarajevo Safari , un documental de 2022 del director esloveno Miran Zupanič, que comenzó a investigar más a fondo.
En el documental, un exsoldado serbio y un contratista afirmaron que grupos de occidentales dispararían contra la población civil desde las colinas que rodean Sarajevo. En torno a 80.000 a 100.000 euros por disparar humanos, y más si es contra niños. Aunque eso sí, sus afirmaciones han sido negadas vehementemente por veteranos de guerra serbios.
Gavazzeni afirmó que supuestamente habían participado "muchísimos italianos", sin precisar la cifra. Además afirma que había alemanes, franceses, ingleses y gente de todos los países occidentales fueron participes.
Añadió que estos turistas eran cazadores apasionados que ya habían participado en todo tipo de safaris legales y buscaban una dosis extra de adrenalina en forma de trofeo humano. Son personas que aman las armas y, a la vez, son psicópatas. Todos son ricos y probablemente influyentes y afirma que tienen el dinero y la influencia política necesarios para protegerse de posibles investigaciones. También asegura que su investigación lo llevó a varios nombres no revelados.
Según el documental estos adinerados se reunirían principalmente en la ciudad norteña de Trieste y viajarían a Belgrado, desde donde los soldados serbobosnios los acompañarían a las colinas de Sarajevo. Allí, comentan, había un flujo constante de turistas de guerra.
En la zona, tranvías y autobuses sufrieron la rotura de sus ventanas a tiros, y por doquier se veían señales de advertencia de francotiradores. La zona fue un completo caos y esto ayuda a que los sospechosos se ocultaran.
Pero, ¿qué hay de cierto en que se mataran civiles por diversión?
Empezemos con un breve resumen de la guerra. La llamada “guerra de Sarajevo” se refiere a uno de los episodios más largos y devastadores de la Guerra de Bosnia (1992–1995). Sarajevo, capital de Bosnia y Herzegovina, fue rodeada por fuerzas serbobosnias desde abril de 1992 hasta febrero de 1996. La ciudad quedó prácticamente aislada: cortes de agua, electricidad, alimentos y medicinas, mientras era sometida a bombardeos constantes y ataques de francotiradores. Se estima que murieron alrededor de 10000 civiles, y cientos de miles vivieron bajo condiciones extremas. También sucedieron múltiples violaciones a mujeres.
La comunidad internacional intervino tardíamente, pero los ataques culminaron con operaciones de la OTAN y acuerdos diplomáticos que llevaron a los Acuerdos de Dayton en 1995, poniendo fin a la guerra. Fue uno de los asedios más largos de la historia moderna.
Para empezar sí existe ampliamente documentado que durante la guerra en Sarajevo hubo muchos francotiradores serbios en las colinas que rodeaban la ciudad. De hecho hay una calle conocida precisamente como la "Sniper Avenue (Avenida de los Francotiradores)", que fue el nombre que se le dio al Bulevar Mese Selimovica, una céntrica avenida de Sarajevo, la cual, durante la Guerra fue tomada por francotiradores serbios que disparaban a cualquier persona, tanto civil como militar, que pasara por allí. De acuerdo con la información reunida en 1995, los francotiradores hirieron 1 030 personas y asesinaron a 225 del total, de las cuales al menos 60 eran niños. Así que muchos civiles, y niños, murieron.
Otra de las muertes más conocidas por disparos de francotiradores fueron las de Bošco Brkić y Admira Ismić, pareja cuya historia se documenta en la película "Romeo y Julieta en Sarajevo", quienes fueron asesinados por un francotirador en 1993 mientras intentaban cruzar un puente. Sus cuerpos permanecieron en tierra de nadie entre las posiciones bosnias y serbobosnias durante varios días. Las fotografías se difundieron ampliamente y se convirtieron en símbolo de la arbitrariedad y la inhumanidad de la guerra.
En realidad la historia del turismo de francotiradores en las colinas que rodean Sarajevo no es nueva. La historia tiene treinta años, y recientemente se han iniciado las investigaciones.
Ya en 1993 un exagente de inteligencia bosnio llamado Edin Subasic informó al entonces servicio de inteligencia militar italiano SISMI sobre esto.
Según Subasic interrogó a un prisionero de guerra serbio de unos 20 años que fue capturado. Ante las preguntas sobre la forma en que llegó al frente, número de voluntarios procedentes de Serbia o el tipo de armamento, el prisionero declaró que había llegado en autobús con un grupo de serbios y otro grupo de extranjeros. Según el chico uno de los extranjeros, que era italiano, le dijo que no eran mercenarios de guerra, sino cazadores que pagaban a los serbios en Sarajevo para disparar a personas en la ciudad. Subasic elaboró un análisis y lo presentó a sus superiores, y entonces fue cuando contactó con oficiales del SISMI.
Añade Subasic que, a comienzos de 1994, durante una reunión informativa, le comunicaron que el SISMI había confirmado la información del prisionero. La agencia italiana les trasladó que se había localizado el lugar desde el cual partían los grupos de extranjeros y que dicha actividad había sido neutralizada y no se repetiría. El Servicio dio entonces por cerrado el caso y el tema se olvidó. Según Subasic, los archivos pertinentes que existen en Bosnia y Herzegovina están clasificados como "secretos" y son inaccesibles.
Otros indicios se remontan a 1995, cuando el Tribunal Popular de Trento (un tribunal italiano sin poderes coercitivos fundado en 1979) condenó la violación de los derechos fundamentales de niños y menores en el contexto del asedio de Sarajevo (1992-1995). La sentencia menciona la presencia de "turistas de guerra" que llegaban a la capital bosnia en vuelos privados desde pequeños aeropuertos europeos, equipados con trajes de camuflaje, botas de combate y armas, para participar en actividades de francotirador los fines de semana en las colinas de Sarajevo. Estas personas llegaban clandestinamente entre las líneas serbias y luego eran escoltadas a las zonas de conflicto por milicianos. Una vez que pagaban, comenzaba su cacería humana. Esto, al menos, es lo que se cuestiona.
También en 2007 había indicios de que, durante la guerra de Bosnia y Herzegovina, "este tipo de safaris sí se llevaron a cabo". Durante los juicios contra los criminales de guerra yugoslavos en La Haya, un bombero estadounidense que prestó servicio voluntario en Sarajevo y testificó ante el Tribunal habló sobre francotiradores extranjeros. Se cree que fue el primero en utilizar el término "francotiradores turistas" y en describir los horribles métodos que se les atribuyen. Los medios han recordado recientemente sus declaraciones. Las declaraciones del estadounidense, que pasaron desapercibidas entonces, ahora podrían ser cruciales para la continuación de la investigación.
Según las actas de la audiencia, algunos de los francotiradores eligieron a los objetivos más vulnerables: niños y niñas.
Otro escándalo relacionado con el caso es que Aleksandar Vučić, el actual presidente de Serbia, fue también denunciado a la Fiscalía de Milán por el caso. Se dice que fue un voluntario de guerra ilegal en Sarajevo en 1992 y 1993, y, miembro de una unidad paramilitar y de voluntarios notoria y criminal bajo el control del Partido Radical Serbio. Eso de hecho es un rumor que circula desde hace tiempo en Serbia: la presencia de Vučić en la unidad paramilitar era comandada por el radical de guerra Slavko Aleksić. Según testimonios oficiales durante los juicios celebrados en el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia (TPIY), el batallón de Aleksić operó en el cementerio de Sarajevo durante el asedio de la ciudad. Se presentaron varios elementos que respaldan esta afirmación, incluyendo una entrevista con el semanario belgradense Duga en 1994, en la que el propio Vučić confirmó haber estado en el frente de Sarajevo como voluntario. En su testimonio, el actual presidente serbio declaró que su función, sin embargo, se limitaba a llevar alimentos a los serbios.
La prueba más relevante, por otro lado, es la declaración de Vojislav Šešelj, fundador del Partido Radical Serbio (SRS), ante el TPIY. Durante el juicio de 2013 contra Radovan Karadžić, el líder serbio condenado a cadena perpetua, Šešelj afirma que Vučić fue voluntario con Slavko Aleksić en el cementerio judío. El cementerio judío siempre ha sido señalado como epicentro de posibles ataques de francotiradores con fines turísticos, información que también figura en los documentos presentados por Gavazzeni. Por supuesto eso no significa que esté involucrado en ese entonces en los safaris humanos, pero el periodista croata Domagoj Margetić presentó una denuncia alegando que Vučić participó y ayudó a organizar los viajes de los francotiradores, acusaciones que el presidente ha negado repetidamente. Vučić eso sí, negó las acusaciones.
Margetić señala un vídeo de 1993 que, según él, muestra a Vučić sosteniendo un rifle de francotirador entre combatientes armados. La carta del periodista cita además al ministro de Defensa de Bosnia, Zukan Helez, quien dice que los combatientes del VRS le dijeron que vieron a Vučić disparando contra civiles de Sarajevo desde esa misma línea del frente. Negado también, y además se defendió diciendo que lo que sujetaba en el vídeo no era un rifle sino un paraguas.
Entonces, ¿es cierto que estos safaris sucedieron?
Si algo así pasó, esto tenía una estructura altamente profesional, y el núcleo de ese grupo debía estar formado por miembros del servicio de seguridad de Serbia. El modo de operar exigía tal nivel de coordinación y confidencialidad que solo un servicio (o alguien) poderoso podía estar detrás de la operación.
Sin enmabrgo no todas las fuentes coinciden en los montos, el número de personas implicadas o cómo se organizaban esos viajes, lo que sugiere que parte de lo denunciado podría ser exagerado o basado en rumores. Algunos historiadores especializados en la guerra de Bosnia tampoco han confirmado de forma concluyente estas versiones. Aunque estas acusaciones no son solo leyenda urbana, tienen respaldo reciente, con investigación judicial en marcha y testimonios creíbles, aunque no se puede afirmar con completa seguridad histórica y legal que todo lo denunciado sea totalmente cierto en todos los detalles, es casi un secreto a voces que, al menos, sucedieron cosas extrañas para que murieran tantos civiles. Cuando existen varias fuentes de diferentes personas, que no se conocen entre sí, y testifican públicamente sobre fragmentos del mismo fenómeno, entonces ya no se trata de una completa ficción o simple rumor.
Según un superviviente de la zona al que preguntaron recientemente: “Para nosotros, los fines de semana eran lo peor. Parecía que llegaban y se volvían locos y se pasaban de la raya. Si pagaban por hacerlo, todo tiene más sentido”.
Hoy en día, es casi un hecho que existiron safaris humanos en dicha guerra.







