Oliver, el Humancé

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Oliver era diferente de todos los otros simios, muy diferente.

Durante la década de los 70, Oliver fue anunciado como un eslabón perdido en ferias de monstruos y circos diversos, como un híbrido de hombre y chimpancé, un 'humancé'. Esta afirmación se sustenta mediante una declaración médica en negrita alegando que Oliver tenía 47 cromosomas, uno más que el hombre y uno menos que un chimpancé típico.



Se propusieron distintas hipótesis para explicar las peculiaridades de Oliver:

Que era híbrido: Los chimpancés y humanos se encuentran muy estrechamente relacionados (presentando un 98,4% de su ADN en común). Esto permite especular con la posibilidad de individuos híbridos, a pesar de que el número de cromosomas difiere entre ambas especies. Ejemplos reales de hibridaciones entre especies de mamíferos son la mula, o los ligres (la descendencia híbrida de un león y un tigre). En este último incluso un ligre hembra puede ser fecundo, a pesar de que los leones y tigres son considerados especies separadas. Según la hipótesis del híbrido, Oliver habría sido producto de una relación de zoofilia o el resultado de un experimento.

Que era un simio mutante: Oliver sería un chimpancé nacido con una mutación espontánea, que le otorgaba similitudes con los seres humanos, lo cual podría ayudar a explicar la evolución del hombre.

Que era miembro de una especie nueva: Oliver habría sido un espécimen capturado que correspondería a una nueva subespecie de chimpancé o especie de primate. Incluso algunos criptozoólogos postulan que puede ser un eslabón perdido de los humanos y el origen de las muchas leyendas de hombres monos en África.


Renunciar a las reclamaciones médicas, su apariencia y el comportamiento de Oliver le distinguen de otros primates. Sus rasgos faciales son más humanos que el resto de chimpancés, ojos claros, la calvicie de patrón y su voz suave eran a menudo suficiente para convencer a los espectadores de su pedigrí inusual. Sus gestos eran extremadamente humanos y el hecho de que Oliver era bípedo, que caminaba erguido a diferencia de otros chimpancés y monos, sin duda fomentó todas las reclamaciones. Él no estaba entrenado para caminar erguido; simplemente era así.

Cuando fue recogido del Congo por Frank y Janet Berger, entrenadores de animales famosos, su singularidad se identificó rápidamente. La familia de Berger afirmó que sus otros chimpancés no querían tener nada que ver con Oliver, que fue rechazado por la sociedad. Sorprendentemente, Oliver estaba bien y prefería la compañía de sus manipuladores humanos.

Demostró ser un gran activo para ellos mientras él de manera espontánea comenzaba a hacer sus tareas. A menudo alimentaba a los animales e incluso usaba herramientas, como una carretilla, cuando las cargas eran muy difícil de controlar. Su inteligencia y capacidad de aprendizaje fue asombrosa. A medida que crecía, Oliver adquirió los hábitos humanos de cócteles por la mañana y por la noche consumo de café, a menudo mezclando sus propias bebidas. Su comportamiento no era sólo mimetismo ya que Oliver demostró en numerosas ocasiones su capacidad para superar obstáculos y extrapolar soluciones utilizando su lógica o previamente comportamiento y conceptos aprendidos.

Oliver fue atraído sexualmente hacia hembras humanas y, así, debido a su fuerza, se consideró un peligro para los manipuladores y los espectadores. De hecho durante un programa especial de Discovery Channel emitido el 16 de diciembre de 2006, la propia Janet Berger aseguró que Oliver comenzó a sentirse atraído por ella cuando cumplió dieciséis años. En una ocasión, él se montó sobre ella tratando de aparearse. Dicen que estas continuas insinuaciones sexuales hicieron que sus cuidadores quisieran deshacerse de Oliver.


Él pasó alrededor entre diversos promotores y cuidadores de animales por un número de años después, todos ellos incapaces de hacer frente a sus hábitos inusuales y su personalidad. En 1986 Oliver fue vendido a un laboratorio. Sorprendentemente, Oliver se salvó de la experimentación de laboratorio típicamente tortuoso y fatal debido a sus características únicas. Sencillamente, no se consideró un espécimen viable porque había demasiadas variables en su genética en comparación con otros chimpancés en el laboratorio. Cualquier experimentación realizada en él habría sido contaminada a los ojos de los investigadores. En lugar de ello, Oliver pasó siete años en una pequeña jaula.

En 1996 Oliver fue rescatado y vivió el resto de sus días en una casa de retiro de chimpancés. Aunque hay pruebas formales realizados por la Universidad de Chicago revelando que Oliver tenía el mismo número de cromosomas que todos los otros chimpancés. Se observó durante la prueba, sin embargo, que algo en su código genético era de hecho diferente.

Así, el resto estudios descartaron la hipótesis del híbrido pero no descartaron las hipótesis del simio mutante o de de la especie desconocida, así como tampoco descartaron que se tratase de un chimpancé común con alguna combinación casual de rasgos poco usuales. Posteriormente se realizaron dos estudios más específicos para conocer la naturaleza más específica de los padres de Oliver, a través de análisis de ADN mitocondrial (origen materno) y de Cromosoma Y (origen paterno),descubriendo una pequeña mutación en el ADN mitocondrial y concluyéndose que sus padres están relacionados con chimpancés de África central. Queda actualmente como interrogante la explicación sobre su particular bipedismo y morfología, además de otras características que se le atribuyeron a este chimpancé.

Falleció en 2012. Lo encontraron en su hamaca junto, dicen los cuidadores, a su novia, la chimpancé Raisin.


¿Es posible un híbrido humano-simio? Muchos piensan que sí.

En el siglo XI, San Pedro Damián, relata en uno de sus libros, el caso del Conde Gulielmus, quien tenía un mono que se convirtió en amante de su esposa. Un día el mono se puso “enfadado de celos” al ver que el conde se quedaba con su esposa y por ello lo atacó fatalmente. Damián afirmó que este incidente le fue narrado por el papa Alejandro II y a quien se le mostró una criatura nombrada “Maimo”, que, según ellos, era la descendencia de la condesa y el mono.

Se dice que en un laboratorio en China, un chimpancé común se impregnó con esperma humano, pero fue muerto antes de ocurrir el nacimiento, producto de una revuelta. Una historia similar a la anterior, informada por el Dr. Gordon Gallup, psicólogo de la Universidad de Albany, declaró que un híbrido humano-chimpancé había sido engendrado con éxito y nacido en el viejo Yerkes National Primate Research Center en el Orange Park, Florida (Estados Unidos), pero fue destruido poco después por los científicos.

En el año 1927, el científico soviético Ilya Ivanovich Ivanov llevó a cabo una serie de experimentos para crear un híbrido, bajo las órdenes nada más y nada menos que de Stalin. Ivanov, trabajó al principio con esperma humano y hembras de chimpancé, pero ninguno de sus esfuerzos logró terminar en un embarazo. En el año 1929 organizó un conjunto de experimentos que involucraban esperma de un orangután y voluntarias humanas, pero este experimento quedo suspendido producto de la muerte del orangután. Al año siguiente, el científico fue clasificado bajo la crítica política del gobierno soviético y sentenciado al exilio en la República Socialista Soviética de Kazajistán durante la Gran Purga. Ivanovich murió dos años después.
¿Pero, por qué querría Stalin crear un híbrido entre humano y chimpancé? Obviamente, es imposible saberlo. Algunos aseguran que su intención era crear una raza de súper-guerreros, y otra teoría (igualmente infundada), sería que la creación de tal híbrido tendría un valor simbólico: mostrar los avances de la Biología soviética y fastidiar a los occidentales de orientación religiosa y, muy particularmente, al Papa.

En 1987 el catedrático de Antropología de la universidad de Florencia Brunetto Chiarelli denunció que no sólo es posible realizar un cruce entre un hombre y una hembra de chimpancé, sino que ya se ha experimentado en Estados Unidos, aunque los científicos norteamericanos interrumpieron el embarazo antes de que llegara a su fin. Se podría de este modo producir lo que el antropólogo llama seres subhumanos, que estarían a mitad de camino entre el mono y el hombre.

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1 Comentarios
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  1. La posible hibridación y gestación de un humancé es apasionante. Estaría bien que con los científicos actuales comentaran qué sería posible con las técnicas actuales. Quizá nos demos cuenta que los humanos somos simples animales de ningún rango superior al resto.

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